Ernesto
Saade

A los 8 años vi a un niño copiar a la perfección el dibujo de un tren; quedé tan maravillado que decidí hacer lo mismo. A partir de allí no paré de dibujar. Años después, a la hora de escoger una carrera, elegí el rumbo más “redituable”, la arquitectura. Después de algunos años en el turbulento mundo laboral de la construcción, me di cuenta de que estaba dejando morir mi pasión por el dibujo, así que lo dejé todo y me fui a Barcelona a estudiar un Master en Ilustración y Cómic. Cuando regresé a El Salvador, creí que me había equivocado: pasé un año sin trabajo, y cuando estaba a punto de rendirme obtuve una gran oportunidad en una ONG donde hoy en día me dedico 100% a dibujar cómics.